Sangre para transfusiones: cuánto tiempo se puede conservar para su uso

Con frecuencia, escuchamos aquello de que las reservas de sangre de un tipo determinado se agotan o llamamientos a la gente para que done. ¿Existe un tiempo límite para almacenarla? Un nuevo estudio amplía las evidencias de que la sangre más vieja podría ser igual de buena, o incluso mejor, según se recoge en Medline Plus y en New England Journal of Medicine.

Usar glóbulos rojos más antiguos para administrar transfusiones a pacientes críticamente enfermos no parece afectar su riesgo de fallecer, informan unos investigadores australianos. «Los glóbulos rojos para la transfusión en pacientes críticamente enfermos son como un buen vino tinto: un poco más viejo es un poco mejor», aseguró el investigador, el Dr. Jamie Cooper, profesor y director del Centro de Investigación en Cuidados Intensivos Australiano y Neozelandés de la Universidad de Monash, en Melbourne.

Los glóbulos rojos se pueden almacenar durante hasta 42 días, anotaron los investigadores. Alistair Nichol, coautor del estudio y profesor asociado de epidemiología y medicina preventiva en la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash, añadió que mucha investigación inadecuada ha sugerido que una sangre más fresca sería mejor para usarse en los pacientes críticamente enfermos.

 «La práctica actual es segura, y los médicos no deben seguir intentando obtener la sangre disponible más fresca para sus pacientes», planteó Nichol. Añadió que usar la sangre más reciente para administrar transfusiones a los pacientes críticamente enfermos podría ser nocivo, además de redundar en más escasez de sangre.

Las reacciones a las transfusiones fueron más comunes con la sangre más fresca, y los pacientes más críticamente enfermos tuvieron una mejor supervivencia cuando recibieron unos glóbulos rojos más antiguos, explicó. «Los países que han reducido el tiempo de almacenamiento de la sangre de 42 a 35 días por las preocupaciones sobre la edad de la sangre deben pensar en volver a hacer que 42 días sea el estándar», sugirió Cooper.

«La disponibilidad de la sangre para las transfusiones aumentará en todo el mundo, porque los servicios de transfusión evitarán ahora ofrecer sangre más fresca a grupos selectos de pacientes», dijo.

Resultados en casi 5.000 pacientes

De noviembre de 2012 a diciembre de 2016, los investigadores asignaron al azar a casi 5.000 pacientes gravemente enfermos a recibir transfusiones de sangre con sangre más fresca o más vieja. Los pacientes estaban en 59 centros médicos en cinco países: Australia, Finlandia, Irlanda, Nueva Zelanda y Arabia Saudí.

La sangre más fresca había estado almacenada durante un promedio de 11 días, y la más vieja durante unos 22 días. Noventa días tras la transfusión, un 24.8% de los pacientes que recibieron la sangre más reciente habían fallecido, mientras que un 24.1% de los que recibieron la sangre más antigua habían fallecido, mostraron los hallazgos. Tras seis meses, la diferencia en los fallecimientos entre los que recibieron la sangre más fresca o la más vieja seguía siendo de menos de un 1%.

La sangre almacenada se deteriora a medida que envejece, y había preocupaciones de que esos cambios en la sangre pudieran hacer daño a los pacientes. Por ejemplo, a medida que la sangre envejece, los glóbulos rojos se hacen más rígidos y podrían liberar hierro a medida que la hemoglobina se sale de los glóbulos. Sin embargo, este estudio demuestra que no hay de qué preocuparse siempre que las condiciones de almacenamiento sean correctas.

Fuente: 20 Minutos

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