Colombia necesita un observatorio que determine las necesidades de médicos especialistas

Una de las situaciones que la pandemia del Covid-19 desnudó en Colombia ha sido el ya anunciado déficit de especialistas médicos que hay. Más puntualmente, de intensivistas. Profesionales indispensables en la operación, supervisión y control de una Unidad de Cuidados Intensivos.

Gustavo Quintero, presidente de la junta directiva de la Asociación Colombiana de Facultades de Medicina (ASCOFAME) asegura que el déficit de profesionales especializados en las distintas ramas de la medicina, incluyendo enfermeras y auxiliares de enfermería, es un problema que se ha intensificado con la coyuntura actual, sin embargo, tiene años latente en el país. Hoy, de los 110 mil médicos que hacen vida en el territorio nacional, 27 mil son especialistas y apenas mil 200 son intensivistas. Una desproporcionada cantidad frente a las 50 millones de colombianos que habitan el país.

Antes de la pandemia, explica el doctor Quintero, un intensivista lideraba hasta tres Unidades de Cuidados Intensivos al mismo tiempo. Hoy, la responsabilidad se multiplica, pues, formar a un especialista en esta rama requiere de, al menos, tres años de formación académica y práctica.

“Hay un déficit que no se puede suplir rápidamente porque la preparación de un médico intensivista toma unos cuatro años. Se requiere un especialista formado en medicina interna, o en anestesia, o en cirugía, o un intensivista formado en medicina crítica para poder llevar las riendas de una UCI. Por lo pronto no hay una solución posible”.

Explica, además, que una UCI no se trata únicamente de un intensivista y un ventilador mecánico. Se trata de una infraestructura hospitalaria adecuada para atender a una paciente en estado crítico, que funciona gracias a un equipo multidisciplinario de profesionales en áreas como anestesia, infectología, médicos generales, enfermeros, auxiliares de enfermería, terapeutas respiratorios, terapeutas físicos y nutricionistas. Se trata de un equipo de entre 10 y 12 personas que trabajan, junto al intensivista, en la atención de cada paciente.

«El déficit de profesionales especializados en las distintas ramas de la medicina, incluyendo enfermeras y auxiliares de enfermería, es un problema que tiene años latente en el país y se ha intensificado con la coyuntura actual»

Gustavo Quintero, presidente junta directiva ASCOFAME.

Para mitigar un poco a la crítica situación que tiene Colombia con la cantidad de especialistas con los que cuenta, Ascofame- con algunas universidades del país- habilitó en marzo un curso de 10 horas para preparar equipos de atención crítica. Explica el doctor Gustavo Quintero que se trata de “un curso diseñado para la coyuntura actual, que busca preparar multidisciplinariamente equipos de cuidados intensivos bajo la premisa de que hubiera un intensivista en cada unidad. Hasta ahora, lo han tomado cerca de 50 mil profesionales, de los cuales 30 mil ya están graduados y trabajando”.

Quintero aclaró que no se trata de un curso de formación, sino de una alternativa académica enfocada en la atención de cuidado crítico, que parte de la base de aprendizaje que cada profesional ha tenido en su formación profesional universitaria de base. “Seguiremos haciéndolo, pero esta no es la solución”.

Una lección que no se debe olvidar

Para el también decano de la Escuela de Medicina de la Universidad del Rosario, la pandemia del Covid-19 ha desnudado los problemas de educación en salud que trae el sistema desde siempre. Considera que las lecciones deben aprenderse y corregir los errores una vez que la emergencia sanitaria actual sea superada. Una de las alternativas que propone el doctor Quintero se enfoca en la creación de un observatorio que determine cuáles son las reales necesidades del sector, cuántos especialistas necesita el país por cada millón de habitantes, qué tipo de especialistas y dónde se necesitan.  

“El país va a quedar dotado de ventiladores una vez que pase la pandemia o se controle, con más razón se necesita infraestructura e intensivistas. En Colombia el problema de formación académica es muy grave. Las trabas del Ministerio de Salud y de todo el sistema son enormes para que las escuelas de medicina gradúen profesionales. Tengo la esperanza de que, después de esta pandemia, aprendamos la lección y se tomen las correcciones necesarias”.

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