Lo peligroso con el Covid-19 no es el lugar que visita, sino la confianza que éste le genera

“Desde que comenzó la pandemia, justo el primer día de cuarentena obligatoria en Colombia, estuve con mi mamá en el hospital. Todo era solitario y silencioso en la sala de urgencias; como si el resto de las enfermedades hubieran desaparecido. En agosto, regresamos al hospital por 10 días continuos. Esta vez tanto la urgencia como las camas de hospitalización estaban abarrotadas. Durante la estancia, además de la preocupación por la enfermedad que atravesaba mi madre; nos generaba angustia contagiarnos de coronavirus en un ambiente con tantas enfermedades. Nunca, sólo para comer y asearnos, nos quitamos el tapabocas. No socializamos. Nos mantuvimos al margen de todos cuanto pudimos. Diez días después salimos del hospital y no nos contagiamos de Covid-19″. 

Catalina Heredia cuenta cómo, gracias a los cuidados y prevención que mantuvo durante su estadía en salas de urgencia y hospitalización, logró cuidarse del nuevo Coronavirus. A pesar de estar intervenida junto a su mamá en un hospital por tanto tiempo nunca se descuidó con las reglas de oro para el autocuidado: sabía que estaba en riesgo. Los hospitales son considerados lugares con altas posibilidades de contagio, pero nunca ‘bajó la guardia’.

En reiteradas oportunidades Dionne Cruz, presidenta de la Asociación Colombiana de Salud Pública lo ha dicho: no hay lugares más o menos peligrosos; lo peligroso es descuidarse con las medidas de bioseguridad. Es aquí donde radica la importancia de entender que la normalidad y los hábitos de convivencia se redefinieron.

No es lo mismo, de cara a evitar y reducir riesgo de contagios de Covid-19, reunirse en espacios abiertos y respetar la norma de usar tapabocas, que estar dentro de una casa o espacio poco ventilado y sin tapabocas.

Foto cortesía: ShutterStock.

La flexibilización de las medidas de confinamiento en Colombia de alguna manera generó en la gente una especie de tranquilidad. La protagonista de esta historia, Catalina, poco a poco retomó sus relaciones sociales: llevaba a sus hijos al parque, visitaba a ciertos amigos en sus casas y salía a cumplir con sus obligaciones. No sabe dónde. Considera que se cuidó. Lo cierto es que cuando pensó ser más astuta que el virus y ser experta en aquello del autocuidado, contrajo la enfermedad: positiva para Covid-19, según una prueba de PCR.

“Me encerré junto a mi familia por 14 días. Afortunadamente, no tuvimos mayores complicaciones. Lo cierto es que al mínimo descuido te puedes contagiar. En el hospital me cuidé demasiado, pero las dinámicas del día a día te invitan a relajarte hasta que, en medio de la incógnita que es la enfermedad y de su silenciosa aparición, la contraes”.

Otros no han tenido la suerte de Catalina, quien agrega: «ayer recibí la penosa noticia del fallecimiento del abuelo de un amigo de mi hijo. El hermano del señor había muerto una semana antes. Ambos por Covid-19. Respetaron todas las medidas de bioseguridad, pero el encierro los llevó a regalarse un espacio en un café del barrio. Una semana más tarde ambos forman parte de la lista de infectados que el Ministerio de Salud y Protección Social publica a diario». Van 50.187 personas fallecidas por Covid-19 sólo en Colombia.

“No podemos descuidarnos”, insiste la experta en salud pública Dionne Cruz. “Tenemos que entender que el virus sigue, cada vez con más fuerza y que al mínimo descuido podemos contagiarnos”.

Uso obligatorio y adecuado del tapabocas, frecuente lavado de manos y distanciamiento social físico son las tres normas fundamentales, pero, además, es importante evitar recibir visitas, evitar reunirse en lugares cerrados y evitar las aglomeraciones. Hasta que se logre la inmunidad de rebaño con la aplicación de la vacuna, esta es la única manera de lograr evitar el contagio por el nuevo coronavirus.

Tendencias

Un estudio realizado por Essity en más de 15 países y publicado por el diario La República encontró que 60 % de los participantes se sentiría más seguro visitando espacios públicos con mucha afluencia, si proporcionaran más estaciones de higiene de manos u otras alternativas.

Foto cortesía: laopinion.com.bo.

En la investigación también se encontró que más de 40 % de las personas se abstiene de utilizar gimnasios, baños públicos o viajar en transporte público por el Covid-19.

«El comportamiento de las personas cambió, pues existe un temor colectivo de visitar lugares públicos que puedan generar un posible contagio».

En el total de países que participaron hubo un incremento de 2,12 % en lo que respecta a la pregunta de cuántas veces en promedio se lava las manos en un día normal. Antes de la pandemia era 8,31 % del día y tras la expansión del Covid-19 llegó a 10,43 %.

Ahora México es el país (de los que participó en la encuesta) donde más se lavan las manos en un día. Representa 12,79 % de las horas. Antes del Covid-19 era del 8,39 %. El país encuestado en el que menos se lavan las manos diariamente es Países Bajos, pues esta acción toma 9,08 % de las 24 horas. Antes de que se propagara el virus, el lavado de manos tomaba 8,14 % de un día.

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