“Sería un error regresar al modelo de salud que se tenía antes de 1993”

Centro de Estudios Económicos de la ANIF hizo un análisis a la propuesta de salud del nuevo Gobierno.

Redacción Gestarsalud

Gustavo Petro fue elegido como nuevo presidente de Colombia y asumirá funciones desde el próximo 7 de agosto. El resultado, de acuerdo con un análisis del Centro de Estudios Económicos de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), confirma que el país tiene una democracia sólida y estable y, de hecho, hubo un récord de participación del 58,1 por ciento en la segunda vuelta.

En su análisis, el Centro de Estudios Económicos destaca que, en aras de seguir haciendo recomendaciones sobre temas esenciales de lo público, “siempre con base en análisis técnicos y rigurosos”, el futuro de la salud y las propuestas que ha hecho en ese aspecto la campaña del presidente electo “ameritan una mayor discusión”.

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Los expertos de ANIF resaltan que en campaña el presidente electo propuso la eliminación del aseguramiento y el tránsito hacia un sistema “único, público, universal, preventivo y predictivo, participativo, descentralizado e intercultural”. Lo anterior, según se plantea en el programa de gobierno, para hacer que la atención en salud no dependa de la rentabilidad económica ni de la intermediación administrativa y financiera.

“En palabras cortas y sencillas, el presidente electo propuso volver al sistema que teníamos antes de la implementación de la Ley 100 de 1993. Las similitudes son evidentes. Por ejemplo, propone la creación del Fondo Único en Salud (FUS) que reemplazaría a la ADRES y se encargaría de centralizar y administrar todas las fuentes de recursos del sistema, algo muy parecido al Instituto de Seguridad Social”, menciona el análisis de ANIF.

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Los técnicos de la Asociación señalan que esta propuesta “desconoce que ya hemos transitado ese camino”, pues, por un lado, “olvida que la atención en salud en Colombia antes de la Ley 100 dependía enteramente de los hospitales públicos y de seguros privados disponibles para solo unos pocos”; y, por el otros, desconoce “el mal manejo de los recursos del sistema a manos de una entidad pública sin capacidad ni vocación para velar por la salud de los colombianos”.

Esos dos factores, además de la corrupción atada al Instituto de Seguridad Social y a los hospitales públicos, “fue lo que terminó por llevar la prestación de la salud al borde del precipicio y lo que permitió, además, un consenso amplio alrededor de la Ley 100”, menciona el análisis de la ANIF.

“La propuesta se queda corta, pues ignora que los retos de la atención en salud son cada vez mayores. El envejecimiento de la población, la creciente demanda por servicios de salud y el costo de las tecnologías (medicamentos, tratamientos y equipos) son y serán lo que presionarán al alza la necesidad por recursos en el sistema. Sin la adecuada canalización de las fuentes para el financiamiento de la salud, los más afectados serán todos los que en algún momento requieran acudir al sistema, en particular la población vulnerable, que no tendrá los recursos suficientes para cubrir esos gastos de su propio bolsillo”, resaltan los expertos de la ANIF.

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En este punto, el análisis exalta varios logros del modelo de aseguramiento en Colombia, como que la cobertura del sistema de salud en 1985 era de apenas 15 por ciento, mientras que ya para 1995 había ascendido a 30 por ciento y hoy en día es de más de 94 por ciento.

Por otro lado, se destaca que la atención en salud se presta a todos los residentes en Colombia; está completamente desligada del nivel socioeconómico de las personas, cosa que se refleja en el gasto de bolsillo en salud que es uno de los más bajos del mundo; y la calidad de la atención tampoco varía en función del régimen, pues según datos del Ministerio de Salud, el 70 por ciento de los afiliados al régimen subsidiado reportan que su experiencia global con su EPS ha sido buena o muy buena; mientras que para el régimen contributivo esa proporción es de 74 por ciento.

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“De otra parte, el sistema actual ha logrado cerrar hasta cierto punto las brechas en el acceso a servicios de salud. En 1997 el 56 por ciento de las personas del quintil más alto de ingresos acudía a consultas preventivas, mientras que apenas el 26 por ciento de las personas en el quintil más bajo lo hacían. Para el 2019, más del 79 por ciento del quintil más alto accedía, mientras que para el quintil uno ese porcentaje fue de más de 56 por ciento”, menciona el documento.

“Todo lo anterior demuestra que el sistema de salud es el mayor logro de equidad que ha tenido Colombia en 50 años”, concluye el análisis, que además atribuye a este resultado que el gasto en este sector ha crecido de forma sostenida, pues mientras que en el año 2000 el gasto corriente en salud era de 5,4 puntos del PIB, hoy es cercano a los 8 puntos.

“Con todo, sería un error regresar al modelo de salud que se tenía antes de 1993, que centralizaba la prestación en hospitales públicos. Se comprobó que ese esquema fracasó en Colombia”, concluye el análisis de los expertos.

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